martes, 28 de septiembre de 2010

Di María, el nuevo 'Ángel' del Real Madrid

El argentino Ángel Di María dio la victoria al Real Madrid, con un gol en el minuto 81, ante el Auxerre (1-0), en un espeso partido de Liga de Campeones que evidenció de nuevo las carencias de los madridistas en ataque.

La entrada de Di María en el segundo tiempo deshizo el atasco del Madrid durante buena parte del partido y, con un disparo cruzado consiguió marcar el gol del triunfo, ante un Auxerre que dio más de un susto a los blancos con sus contraataques y hasta dispuso de un palo.

Mourinho planteó una variante táctica, un 4-3-3, con la anunciada entrada en el once de Karim Benzema. Sacrificó a dos de sus jugadores más creativos, el propio Di María y Özil, para tener más pegada arriba con un tridente que formaron Higuaín, el francés y Cristiano Ronaldo, aunque luego tuvo que rectificar.

Amante del orden y de la organización defensiva, -el Madrid sólo ha encajado un gol en liga-, Mourinho se cubrió las espaldas con un "trivote" de corte defensivo, con Lass Diarra, Khedira y Xabi Alonso, un trío de jugadores con más músculo que precisión.

El resultado fue que el Madrid echó en falta los pases interiores de Özil y el desborde de Di María, porque se atascó en un campo, el Abbé Deschamps, pequeño, estrecho y casi sin espacios por la buena disposición defensiva de los de Jean Fernandez, que acumuló muchos defensores en su propio campo.

Así, el Madrid se aferraba al balón parado y a los pases largos a la espalda de la defensa gala para crear peligro ante un Auxerre que fue el que gozó de la primera ocasión tras una ajustada y rápida salida de Casillas a los pies del keniano Oliech.

La respuesta madridista provino de Higuaín, bigoleador ante el Ajax, que pescó un balón dentro del área en un córner y su disparo lo sacó bajo palos un providencial Chafni, cuando el portero Sorin ya había sido sobrepasado y los blancos cantaban gol.

En la otra ocasión clara del Madrid en la primera parte, Alonso conectó un magistral pase de 40 metros a la espalda de los defensores del Auxerre para Marcelo, mucho más profundo que Arbeloa, pero no supo definir de primeras con un toque sutil ante Sorin.

Las cosas no acababan de salir a los de Mourinho, y el principal ejemplo era la actitud de Cristiano Ronaldo. En un minuto vio una amarilla por alejar con las manos un balón cuando el árbitro había detenido el juego, al siguiente se quejó exageradamente tras cometer una falta y poco después envió un balón a las nubes con la izquierda.

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