jueves, 23 de septiembre de 2010

Juventus cayó ante Palermo en casa de manera contundente


Palermo apabulló a Juventus y, por la tercera vez en tres temporadas, le ganó en su propia casa, en el estadio Olímpico de Turín. Esto sella un récord histórico, puesto que en Serie A nunca nadie había vencido consecutivamente tres visitas al mismo rival.

El resultado final fue de 3 a 1, con goles de Javier Pastore, Josip Ilicic, Cesare Bovo y descuento de Vincenzo Iaquinta. Así, los rosanegros atraparon a la Vieja Señora en la tabla y, ahora, ambos comparten con Lecce la decimoquinta plaza del torneo, los tres con 4 unidades.

Los rosanegros dominaron el encuentro, jugaron un fútbol delicioso y merecieron plenamente el triunfo, iluminados por un muchacho que es realmente de otra categoría: Pastore. El argentino se mueve en la cancha, ve el juego y toca el balón como realmente pocos en el mundo, tanto que en Italia ya se lo compara nada menos que a Zinedine Zidane, por elegancia, clase y fantasía.

Más allá de la excelente performance del "Cisne Cordobés", por lejos el hombre del partido, la diferencia la hizo la mayor calidad de los visitantes, quienes lograron "gambetear" la presión de sus rivales sin demasiada fatiga, teniendo el equipo alto y creando muchos peligros para los bianconeri.

Juventus, en cambio, se vio cansada y sin ideas. Krasic la rompió por derecha y pudo equilibrar un poco el encuentro, pero sin nunca tener la ayuda de los marcadores de punta, siempre clavados atrás, el 4-4-2 bianconero pierde realmente todo sentido. En efecto, entre las pocas obligaciones que tiene ese tipo de esquema, está la de aplicar el juego de cadenas por las bandas, para quitar referencias y dar movimiento a la fase ofensiva.

Regresando a la crónica, la Juve ilusionó en los primeros instantes porque bajó a la cancha con una buena actitud, atacando muy alta y buscando achicar a Palermo con agresividad e intensidad. Sin embargo, a la primera estocada (ya al segundo minuto) los sicilianos golpearon duro: Pastore la fue a buscar en su mitad del campo y la tocó arriba para Pinilla, quien avanzó unos metro y luego tiró una pared bárbara con Ilicic, para presentarse mano a mano (con la defensa local totalmente parada) contra Storari. El portero logró tapar el remate bajo del chileno, pero sobre el rebote el Cisne llegó antes que todos, mandándola a guardar con un toque seguro desde el límite del área.

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