sábado, 25 de septiembre de 2010

El Madrid se estrella en el Ciudad de Valencia

El Real Madrid sufrió el revés más importante de lo que va de temporada al empatar a cero ante un Levante perfecto defensivamente. Los de Mourinho realizaron un fútbol plano, sin ideas y, lo más preocupante, volvieron a demostrar su falta de pegada al no materializar las pocas ocasiones de las que disfrutaron. David contra Goliat.
El club más rico contra el más pobre de Primera. El equipo menos goleado contra el peor en esa faceta. Cualquier dato o referencia inclinaba la balanza de manera incuestionable hacía el Madrid. Pero al Levante le quedaba la oportunidad de evitar que esas cifras se convirtieran en realidad en el terreno de juego. Porque en el césped los millones desaparecen y sólo quedan once jugadores. Y ahí, los locales igualaron el choque.
El planteamiento del partido fue el esperado. El Madrid salió a mandar, dispuesto a dar un golpe de autoridad en el día que estrenaba el liderato. El Levante esperó replegado su momento a la contra. El juego plano y previsible de los blancos facilitó la labor de los locales. Si el encuentro pretendía ser un nuevo test para conocer el estilo del Madrid de Mourinho el resultado fue el mismo que en sus dos anteriores encuentros lejos del Bernabéu: gris, intermitente y con muy poca fluidez.

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